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  • El IDEP firmó un histórico convenio con Cabrales para producir café tucumano

    El Instituto de Desarrollo Productivo Tucumán (IDEP) firmó este martes un convenio con la reconocida empresa Cabrales para impulsar la producción de café tucumano. El acuerdo busca posicionar este producto como una marca nacional, con identidad propia y estándares de calidad. “Queremos que el café tucumano tenga un estilo, que nos represente. Cabrales quiere sumar una línea argentina y ve en Tucumán un socio estratégico”, aseguró Juan Casañas, Vicepresidente del IDEP, en diálogo con La Tucumana FM 95.9.

    Foto: El Tucumano

    En una apuesta audaz al futuro agrícola de la provincia, el Instituto de Desarrollo Productivo Tucumán (IDEP) firmó este martes un convenio con la reconocida empresa Cabrales para impulsar la producción de café tucumano, en un contexto donde el cambio climático ha desplazado los límites de los cultivos tradicionales. Juan Casañas, vicepresidente del organismo, explicó en diálogo con La Tucumana de Mañana (La Tucumana FM 95.9) que esta iniciativa aprovecha las nuevas condiciones agroclimáticas del subtrópico y la experiencia previa en la región para transformar al café en una alternativa económica real para los productores de la provincia, ante la crisis del limón y el estancamiento azucarero.

    El acuerdo con Cabrales busca posicionar al café tucumano como una marca nacional, con identidad propia y estándares de calidad que permitan competir en el mercado interno -hoy abastecido casi en su totalidad por importaciones- e incluso en el exigente segmento del café de especialidad. “Queremos que el café tucumano tenga un estilo, que nos represente. Cabrales quiere sumar una línea argentina y ve en Tucumán un socio estratégico”, aseguró Casañas. Actualmente, el IDEP trabaja en conjunto con 22 productores en etapas iniciales, quienes sin subsidios están apostando al cultivo con el respaldo técnico y comercial del organismo.

    Uno de los aspectos más relevantes del proyecto es su potencial impacto social: la producción cafetera en Tucumán requerirá un altísimo porcentaje de mano de obra, al tratarse de procesos manuales desde la plantación hasta la cosecha. Esto, remarcó Casañas, es una valiosa oportunidad para generar fuentes de trabajo en Tucumán. “El café de calidad necesita trabajo humano y eso implica trabajo para los tucumanos. Si logramos una producción uniforme y certificada, el proyecto puede ser un motor económico como lo fue el limón”, expresó.

    En un país donde se consumen 500 millones de dólares anuales en café importado, Casañas estima que Tucumán podría cubrir hasta el 50% de ese mercado, lo que implicaría una enorme circulación de divisas dentro de la provincia. Mientras se afinan convenios con instituciones técnicas para estandarizar el proceso productivo, el desafío es grande pero el horizonte alentador: lograr que el café tucumano no solo compita, sino que destaque por su identidad, calidad y sostenibilidad.

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