
La historia de los Juegos Olímpicos se remonta a casi 800 años antes de Cristo, cuando cada 4 años se celebraban unos juegos interdisciplinarios de los que participaban atletas de todas las ciudades estados griegas.
Basados en ellos, surgieron en los Juegos Olímpicos modernos, cuya primera edición se dispútó en Athenas en 1896 y desde entonces se ha llevado a cabo de manera ininterrumpida cada cuatro años, salvo en 1916 (suspendida por la primera Guerra Mundial) y 1940 (por la Segunda Guerra Mundial). Además, Tokio 2020 se postergó un año por la pandemia.
Recién en París 1924, Argentina participó por primera vez del evento deportivo, por lo que el Comité Olímpico Argentino festeja su primer centenario. En aquella delegación debutante no había tucumanos. En Roma 1960 aparece por primera vez un deportista de nuestra provincia representando al país y desde entonces han sido 15 los atletas de estos pagos los que estuvieron en la máxima cita deportiva mundial. Además, hubo algunos que detuvieron destacadas participaciones, pero no como competidores, sino en otros roles de suma importancia en fusta olímpica.
El Olímpico

Hugo Salvador Ginel fue el primer tucumano en representar a Argentina en un Juego Olímpicos. En Roma 1960, el futbolista de Atlético tenía 22 años y venía de ser Campeón de Campeones con su club. Esa consagración llevó a que el Decano enfrentará al seleccionado Nacional en un amistoso en el que Ginel tuvo una destacada actuación, llamando la atención del cuerpo Técnico que decidió incluirlo en el plantel que viajaría a Italia. En ese equipo también estaba un joven Carlos Salvador Bilardo.
Ya en Roma, el equipo no superó la difícil primera ronda en la que solo uno de los cuatro clasificaba a semifinales. Dos triunfos (ante Túnez y Polonia) y una derrota (ante Dinamarca), no alcanzaría para luchar por una medalla.
En aquella competición, una derrota con Japón y un empate con Ghana marginaron al equipo en la primera ronda a pesar de tener un plantel bastante competitivo con muchos jugadores de los principales clubes argentinos, entre los que se destacaba Roberto Perfumo.


Sin embargo, no muchos recuerdan que unos años antes, Petete había sido parte del plantel de fútbol que representó al país en Seúl 88. Con 18 años recién cumplidos, Hernández militaba en las inferiores de Independiente y ya había llamado la atención tanto de Bilardo como de Pachamé que lo incluyeron en la nómina de futbolistas que defendería los colores nacionales en Corea del Sur.
Cabe aclarar que todavía no regía la norma que limita la edad de los jugadores a 23 años y que podían participar futbolista de cualquiera edad, con la condición de que no fuera asiduos convocados al seleccionado absoluto. Así, un joven Petete compartió equipo con Luis Islas, Hernán Díaz, Darío Siviski, Nestor Fabri, Perico Pérez, Alfaro Moreno y Pedro Monzón, entre otros reconocidos futbolistas.
A pesar de tener un gran plantel, una regular primera ronda, llevó a que el equipo debería cruzarse con Brasil antes de lo esperado y quedara afuera en cuartos de final. En la verdeamarella una joven dupla integrada por Romario y Bebeto, fue demasiado para los nuestros que miraron el podio desde abajo, pero que se volvieron con un diploma por el meritorio quinto puesto obtenido.

Ahora, Mecha es la jefa de la delegación de tenis feminino en París como lo fue en Tokio, por lo que sería su quinta presencia en los Olímpicos. Dos como jugadora de manera oficial, uno como jugadora en torneo Exhibición y ahora como jefa de delegación.
En sus participaciones oficiales, Paz compitió en singles y en dobles. En Seúl cayó en segunda ronda en el cuadro individual, y como doblista formaba una prometedora pareja con Gabriela Sabatini aunque quedaron afuera en la primera instancia contra las canadienses.
En Barcelona, perdió en el primer partido en singles, pero en dobles tuvo una destacada actuación avanzando hasta cuartos de final, obteniendo diploma olímpico por la quinta ubicación, junto a Patricia Tarabini.
En el mismo deporte, en Río de Janeiro 2016, estuvo presente Guillermo Durand que terminó en la posición 17 en el torneo de dobles.

El segundo fue justamente un discípulo de Aguirre: Eduardo Costa, que tuvo tres participaciones consecutivas (Sídney 2000, Atenas 2004 y Beijing 2008). En Grecia, el judoca alcanzó su mejor ubicación, terminando séptimo y al borde de luchar por una medalla.
También en Atenas estuvo Rodrigo Lucenti, compitiendo en la categoría de 73 kilos, siendo eliminado en dieciseisavos de final.

Su historia es bastante particular porque empezó a practicas la disciplina con 24 años de edad y no le llevó más de 20 meses convertirse en una pesista olímpica.
A pesar de haber empezado su carrera más tarde de lo habitual, logró ser medalla de Oro en los juegos Odesur San Pablo 2002 y Plata en los Panamericanos de Santo Domingo 2003, siendo de las mejores de la disciplina del continente.
Gallo de riña

El boxeo es el deporte que más medallas le ha entregado al olimpismo argentino, y este año no tiene representación en París donde hace 100 años se cosecharon cuatro arriba del cuadrilatero.
Décima, al poco tiempo, profesionalizó su carrera y llegó a ser campeón mundial bajo la tutela del inolvidable Tito Lectoure (histórico entrenador de Monzón).

En la década del 50, el basquet Argentino tenía un equipo de primer nivel mundial que fue Campeón del mundo en 1950, semifinalista olímpico en Helsinki 1952. Aquella primera generación dorada se acopló el tucumano Felipe Yuco Fernández.
Esa exitosa camada de basquetbolistas recibía una beca del gobierno de Perón por lo que, cuando en el 55 llegó la dictadura militar aque derrocó a Perón y se autodenominó como “Revolución Libertadora”, fueron considerados profesionales" y se los inhabilitó a seguir compitiendo, en otro intentó de ese gobierno de borrar del país cualqueir resabio peronistas.
El tucumano Fernández tenía el número puesto para integrar el plantel que debió haber participado de los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956. Sin embargo, Yuco se quedó con las ganas al igual que todos sus compañeros, debido a esas decisión autoritaria e injusta.
Pasaron casi 30 años, hasta que Argentina volvió a los primero planos del básquet mundial. En 1979 los nuestros clasificaron a Moscú 1980. Entre esos jóvenes deportistas estaba el Negro Carlos Romano, que ya tenía las valijas hechas para viajar a Rusia, cuando una nueva dictadura militar tomó la decisión de plegarse al boicot que los estadounidense le estaban realizando a los Juegos Soviéticos. El Negro jamás tuvo una revancha olímpica aunque si disputó los mundiales de 1986 y 1990 realizados en España y Argentina, respetivamente.
Como si el basquet olimpico fuera una maldición para los tucumanos, Lucas Victoriano, no pudo lograr la clasificación a Sidney y cuatro años después quedó marginado a última hora del equipo que obtuvo el Oro en Atenas, a pesar de haber formado parte de todo el proceso, incluso el histórico subcampeonato mundial de Indianapolis 2002

Otros que se quedaron con las ganas de subirse al avión rumbo a Rusia fueron el gran Jacinto Eusebio Roldán y Juan José Meza que habían sido figuras en el preolimpico y que todo indicaba que estarían entre los titulares equipo en Moscú. Ese Seleccionado pudo haber contado con la presencia nada menos que de Diego Maradona para completar un mediocampo de ensueños.


“Roberto Ahualli es sinónimo de Deporte en Tucumán”, afirma el periodista Victor Lupo en su libro “100 Ídolos Tucumanos 1912 – 2012” sobre el ex judoca que como deportista no fue ninguna cita olímpica, pero que tuvo siete participaciones consecutivas como Juez internacional de Judo, entre Los Ángeles 1984 y Londres 2012. De esta forma, es sin duda, el tucumano que más veces estuvo en un Juego Olímpico.
Algo similar sucedió con Juan Ángel Pereira. El Negro fue un gran jugador de vóley que en los 70 y comienzos de los 80 supo integrar un conocido equipo del escuela Normal, conformado por el profesor Mendoza. Mientras jugaba, su carrera como árbitro iba creciendo a pasos agigantados hasta alcanzar la categoría internacional.
Pereira fue árbitro en tres competencias Olímpicas: Barcelona 92, Sidney 2000 y Athenas 2004. En las dos últimas dirigió finales. En Australia la final femenina entre Rusia y China, y en Grecia la masculina entre Yugoslavia y Rusia. Además, El Negro también dirigió la final del Mundial Femenino de 1990 entre China y Rusia.
